miércoles, 9 de diciembre de 2009

CAPITULOS 3, 4 Y 5

Por alguna razón, parecía conocer el camino a la extraña sala, a pesar de no haber estado allí antes. Se vio arrastrada hacia una puerta sin numerar situada al fondo del pasillo, abrió, y se encontró con una escalera que descendía hasta una zona del sótano, que más que asustarla la desoriento.Un débil silbido sacó a Charlotte de su ensoñación. Soñaba como un solista de flauta ensayando en la sala de música. Charlotte miró a su alrededor incapaz de adivinar de dónde provenía el sonido.Todo se le apareció bajo otra perspectiva, casí como la de una tercera persona, y pudo percatarse de detalles que antes le pasaron desapercibidos.El eco de las palabras estás muertas retumbaba en su mente y sacudía su alma cuando salió despavorida de la sala y se precipitó escaleras arriba.Recordó la estadística que sostiene que la mayoría de las personas sufren ataques de corazón en lunes, el primer día de la semana. Ella habia muerto el primer día de curso, cuando parecía que las cosas iban a empezar a salirle bien.Charlotte corrió escaleras arriba gritando omo una posesa, abrió de golpe la puerta sin número, emergió como una exhalación en el corredor y se detuvo bruscamente al encontrarse con Pam justo delante. Por un monemto pensó que sí corría lo bastante rápido escaparía de la pesadilla que estaba viviendo, o no viviendo, como podía ser que fuera el caso.Estos reconfortantes pensamientos duraron lo que tradó Charlotte en hechir de orgullo su perfecto plano. No era el duelo colectivo lo que había atraído a Petula y a las Wendys después de todo, sino las cámaras y libretas del cuerpo de reporteros del periódico del instituto, y la promesa de salir de clase.Agotada la oportunidad con la prensa, y mientras los cámaras recogían el equipo y Petula dirigía a las Wendys al TiVo, el cual local de televisión por cable, Charlotte observó cómo los demás gandules se echaban las mochilas al hombro como paracaídas y chocaban las manos en el aire, señal inequívoca de que daban por concluido el día.Era tanto lo que Charlotte todavía deseaba hacer, tanto lo que deseaba conseguir. Deseaba ver una nevada más, ver las mejillas rosadas de Damen tras un partido improvisado de fútbol después de clase, recibir otro boletin de calificaciones, pero claro, todos morimos con una lista de cosas pendientes, admiró, nunca se tiene bastante.Pam se dirigió hacia la puerta, pero Charlotte estaba clavada en el sito, Contempló pasmada cómo Pam desaparecía gradualmente con el aura, cómo volvía la cabeza hacia Charlotte con una sonrisa compasiva justo antes de que la luz se la tragara por completo, dejando a Charlotte totalmente sola.Naturalmente, el último fotorama constituiá la mayor y peor pérdida de todas: Damen.El conjunto daba una insólita especie de sentido horrible a las cosas. Todos los desechos de la vida cotidiana que habían sido descartados parecáin encontrarse alli expuestos, por ponerlo con palabras bonitas, el lugar se describiría como atemporal, pero todos y todos podían ser descritos con mayos concreción como extemporáneos, dolorosa, obvia y totalmente extemporáneos.Charlotte, paralizada, bajó la mirada hasta los pies de la chica para consultar su nombre en la etiqueta identificativa, donde pudo leer Prudence, sin embargo lo más notable era que sólo llevaba un zapato.

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