miércoles, 9 de diciembre de 2009

CAPITULOS 9, 10 Y 11

Para Petula y las Wendys esta clase de autocrítica brutal y desvergonzada era más una afición que un juego, y no se sintieron apuradas en lo más mínimo cuando escucharon a sus espaldas un susurro en el retrete.Charlotte echaba una última ojeada a la página sobre posesiones de su libro en el instante en que el triunvirato salió por la puerta del instituto.Petula, harta de esperar a que González diera por concluida su conversación, decidió empezar sin él la clase de Educación Vial.El coche volvió a zarandearse fuera de control y el movimiento arrojó a Charlotte contra el parabrisas, de cara Petula, que, como ella, tenía los ojos desorbitados de miedo.Y es que Petula también iba vestida para el liderazgo jamás olvidaba enfundarse en su uniforme de animadora cuando acudía a Eduación Vial.Mientras se precipitaban marcha atrás de regreso al instituto, la banda de música practicaba a la entrada su arreglo de The Beautiful People de Marilyn Manson, eso es, claro está, hasta que el coche atravesó a toda velocidad la verja metálica y cruzó chirriando el campo de prácticas, dispersó a la banda y se estampó contra el mástil de la bandera, dejando en la hierba la rodada más impresionante de la historia.Mientras la abollada tuba se mecía sobre el capó y las chicas salían como podían, el sistema de megafonía del instituto.
Mike, Jerry, Kim, Pam y los demás se miraron unos a otros y sacudieron la cabeza, las manos pegadas al costado, Charlotte ahora que lo pensaba, no lo había dedicado a su familia ni un solo pensamiento.Tan pronto hizo Brian mención del eslabon más débil, los ojos de Charlotte escrutaron la clase entera por si detectaban a alguien acusándola en silencio.Todos miraron los doce pasos como si estuvieran escritos en jeroglíficos, Charlotte simio una desazón similar a la que invade a uno cuando le entregan las preguntas de un control sorpresa de Trigonometría y en las únicas palabras que le resultan familiares son nombre y fecha.Charlotte se mostró confundida a la vez que el profesor Brian empezaba a escribir en la pizarra como un poseso.Charlotte, que no creía que hubiese llegado todavía el momentó de sincerase, se encajó su Muertario el brazo, dio media vuelta y salió de clase, con la expresión bien dispuesta resonando en su mente.Mientras buscaban una sala de cierta, prosiguieron con su conversación, a los estudiantes con los que se cruzaron en el pasillo les pareció que Scarlet hablaba sola, como si a Scarlet le importara algo.

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